¿Necesitamos promover la cultura del esfuerzo?

 



Ayer nuestro profe Xoan, después de hablarnos de distintos sistemas educativos around the world, nos propuso una actividad grupal que nos invitaba a reflexionar sobre diversos temas relativos a la educación, como no podía ser de otra manera. 

A mis compas Míriam, Javi, Ángel y Sergio (muy majos por cierto) nos tocó compartir nuestra visión sobre la cultura del esfuerzo. El esfuerzo es uno de los elementos clave del proceso educativo. Sin embargo, llevado al extremo, puede conducir a casos como el de Corea del Sur, cuyo índice de suicidios por parte de los estudiantes es muy elevado, ya que estos persiguen conseguir las mejores notas a base de "matarse" a estudiar. 

Es por ello, que una de las conclusiones lógicas a las que llegamos, fue que el esfuerzo está bien, pero con dosificación. No nos resulta adecuado que un estudiante dedique un promedio de unas 10 horas diarias, como es el caso de los estudiantes coreanos, delante de un libro o de un ordenador con el único fin de ser el mejor de la clase, ya no solo porque puede a no llegar a ser saludable, sino porque también está perdiendo muchos otros aspectos que los estudiantes de distintas edades deberían disfrutar. 

Está claro que el tema de la competitividad es importante, pero no sólo en el plano educativo. Podemos motivar un cierto grado de competitividad en nuestros estudiantes, y retomo otra vez la moderación, para que desarrollen por ellos mismos un deseo de mejorar sus resultados dentro de sus capacidades. Pensamos que una manera bastante fructífera de fomentar esto, es mediante una introducción de más actividades extraescolares o la habilitación de espacios para que los estudiantes salgan de su cuarto y realicen otras actividades como diversos deportes que posibiliten la colaboración o la competitividad.

Creemos que también es necesario concienciar a los padres o tutores de alguna manera, para que la presión que muchos estudiantes reciben del ámbito familiar se reduzca y los alumnos puedan esforzarse siendo motivados de forma positiva y no con castigos o refuerzos negativos. 

En relación con el refuerzo positivo, sugerimos que se podría llegar a un acuerdo entre el claustro de profesores o entre departamentos, para que dentro del aula se de más importancia a la evaluación continua, premiando así el esfuerzo diario y reduciendo una vez más la presión de los alumnos al someterse a pruebas finales. 

Por último, y prometo no enrollarme mucho más, quería hacer una reflexión algo más personal. Como ya he dicho, creo que el esfuerzo de cada estudiante es fundamental, porque considero que contribuye a su éxito académico. No quiero dar a entender que si un alumno se esfuerza al máximo, puede llegar a la excelencia académica en todos los casos, porque en eso influyen otros factores como las capacidades de cada estudiante. Sin embargo, creo que un estudiante que se esfuerza y consigue unos resultados, vamos a decir, satisfactorios para sí, crea unos hábitos que sin duda darán significado a su proceso de aprendizaje. Además, yo siempre lo digo, a pesar de mi breve experiencia como "profe": dame a un alumno que se esfuerza por llegar al cinco, y no uno que por un ejercicio de vaguería se conforma con el cinco. 

Y hasta aquí la entradita de hoy. Muchas gracias por leerme un día más.

Un saludo!

Comentarios

  1. Hola teacher!!
    Totalmente de acuerdo contigo en tu reflexión final, lo más bonito de la educación es el esfuerzo que ponen los alumnos para conseguir superar sus expectativas y ver su felicidad cuando lo logran

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